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Uando por fin el radiante astro comenzaba a asomar por encima del borde del mundo, sus primeros rayos dubitativos manchaban el mar con un profundo azul, y pintaban el horizonte de un tono pastel repleto de promesas de renovación y de una suave aceptación de todo lo que tocaba.
Por supuesto, todo era una mentira. A las pocas horas, el incandescente monstruo golpearía inmisericorde con sus rallos la orilla y todo aquella mitad del planeta. Su inicial bondad era un engaño, una pretendida ignorancia de la feroz radicación y el agotador calor que vendría después…
Pero no es menos espectacular por ser una mentira. después de todo no se le puede culpar por no darse cuenta de lo que hace: es lo que es.
#Chica #36 #Valencia #Venezuela
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